!!!!FELICIDADES!!!!
Me ha encantado hablar con vosotr@s esta noche. Me ha encantado que lo celebrasemos junt@s . Un besazo a tod@s y en especial a mi madre. Gracias por aguantarme y por ayudarme.
Libertad
La expedición ramafloja vuelve a los caminos. Pedaladas de libertad nos llevarán a lugares remotos de belleza singular. Con este espacio pretendemos acercar nuestro viaje a la gente de nuestro entorno a través de fotografías y textos. No pretendemos que sea un exhaustivo diario. Así pues, esperamos que disfrutéis del viaje. Larga vida al ramaflojismo
Tras varios días de espera parecía que mi reacción alérgica iba remitiendo considerablemente, por lo que decidimos partir. Nada nos lo podía impedir ya.
Como ya sabéis liamos a medio planeta para que nos hiciesen llegar las cámaras digitales hasta este lado del charco (gracias especiales a Luís, Toño, Sergio, a la familia de Libertad, entre otros). Fue una decisión dura de tomar, pero decidimos sacrificar parte del viaje por poder hacer disfrute de las cámaras y poder guardar un recuerdo fotográfico de nuestro periplo por el Sur de América. Podíamos haber decidido pasar de ellas, y simplemente guardar los recuerdos. Tuvimos muchas dudas al respecto, pero al final decidimos intentar recibir las cámaras. Pues bien. Os podéis imaginar lo rápido que recite el santoral cuando la cámara que yo venía usando dejó de funcionar así por las buenas. Adiós. OFF. No respondía. Tanto lío, a tanta gente, para nada.
No voy a comentar más al respecto, pero os podéis imaginar la frustración. Me pareció incluso una situación de risa. No podía ser cierto.
Nos la trajo al fresco. Íbamos a empezar, aunque la tierra dejase de girar. Y así lo hicimos. Y no nos arrepentimos.
Nuestra intención era hacer en bicicleta el tramo de costa que hay entre Paracas y Nazca, en el sur de Perú. En nuestro mapa a escala 1:1.500.000 aparecían pistas sin asfalto que nos parecieron buena alternativa a la bulliciosa y transitada carretera panamericana, que hacía ese tramo por el interior.
Nada mas entrar en la Reserva Natural de Paracas, hay una garita de control. El tipo que allí trabajaba nos dijo que lo que pretendíamos era imposible. Que era posible hacer el primer tramo con la bici, que él lo hacía con la moto, pero que a partir de un punto, solo nos quedaría la posibilidad de tomar la ruta hacia la panamericana, puesto que continuar por la costa suponía subir dunas de pura arena, que difícilmente se subían con vehículos con tracción a las cuatro ruedas. No lo tomamos muy en serio porque mi experiencia me dice que en general, en lo que concierne a la bicicleta, cuando se trata de hacer cálculos de tiempo entre lugares o transitabilidad de caminos, no te puedes fiar demasiado de las apreciaciones de gente del lugar. Hay excepciones. No es que menosprecie su conocimiento, pero lo mejor es enfocar las preguntas de otro modo, y preguntarles cuanto tardan ellos en coche, si pueden pasar todo tipo de coches, esas cosas. Y a partir de ahí tu mismo sacas conclusiones.
El tipo de la garita era de esas excepciones. Resultó que el primer tramo fue extraordinario para hacer en bicicleta. Íbamos muy lentos, a medias de 10 km/h, siempre o casi siempre con el plato pequeño. Pero se podía andar bien con la bicicleta, los paisajes eran sobrecogedores y no había nada ni nadie, solo naturaleza en estado puro. Disfrutamos mucho de esos dos primeros días. Salimos bien provistos de comida. También llevamos agua en abundancia, 16 litros entre los dos. Nos tomamos las cosas con calma, no había ninguna necesidad de hacer demasiados km, pues todo era muy bonito, y además nos habíamos impuesto empezar despacio para que no se repitiese mi "mala pata" del Tibet. Las rodillas no van a fallar esta vez. Y así pasaron esos días. Explicaré que los caminos allí no eran convencionales. El paso repetido de vehículos había quitado de la superficie la arena. Nos desplazábamos sobre una costra dura. Los coches hacían su propio camino si así lo deseaban, y numerosas roderas salían aquí y allá para perderse entre las dunas de arena dura. Llegamos así entre este árido paisaje hasta la costa. Los acantilados allí se precipitaban al oscuro azul del mar. Era como dice libertad, la lucha de dos gigantes. Dos gigantes simples, uno azul, el otro amarillo. Uno ganaba aquí y otro allá, y la frontera entre ambos se dibujaba clara y espectacular.
No vimos nada de vida en las tres noches que hemos estado fuera. Solo la vida del mar. Los pájaros que este mantiene. Ni una miserable hierba o rastro de humedad en el interior. Nada. Aun así esa Nada es variada. No tenía mucho que ver la Nada de los primeros km, con la de la costa. Y no era lo mismo un acantilado que una cala, o una cala que una gran playa. Y en la Nada interior, las diferentes rocas daban colores y formas diferentes, a cada cual mas sugerente. Una de las noches vino a visitarnos la excepción a esta Nada. Un zorrillo, del mismo color que la tierra, se acercó a nuestra morada, al olor de nuestra comida.
Al llegar a Carhuas, comprendimos a que se refería el tipo de la garita. Tomamos entonces la carretera hacia la panamericana, hacia la población de Ica, conde nos encontramos ahora. 52 km según el mapa.
Carhuas es simplemente el lugar donde hay una cruz. Pensábamos que allí sería posible rellenar agua pidiendo a la gente del pueblo. Pero no había tal pueblo. Así que nos vimos en el dilema de qué hacer. Era posible continuar por la playa cuatro km hasta una aldea de pescadores, o continuar hacia Ica. Hicimos conteo de agua, y nos quedaba la mitad desde que recargamos en el otro pueblo, el que si existía, Laguna Grande. Ocho litros pues para afrontar el resto de km. Nos quedaba hacer una noche, pero aun así podía valer. Decidimos continuar.
El camino se hizo cada vez más arenoso. El avance se hacía difícil, y en muchos tramos no quedaba otra que bajarse a empujar la bicicleta. Llegamos agotados a dormir tras una jornada de veinticinco km. Aun así el paisaje había merecido la pena. Al día siguiente había que levantarse pronto, nos quedaban 40 km hasta Ica, pero si la pista era tan arenosa como en el último tramo íbamos a tener el tiempo justo de llegar. Al final fue incluso peor que lo esperado, arena y más arena. Fue un auténtico infierno. Os podéis imaginar a Libertad echando todo tipo de pestes, luchando contra perezosa y revoltosa, que son nuestras bicis, que ese día no querían avanzar. Al final, cuando nos quedaba 15 km y un litro de agua, y con serias dudas de si íbamos a ser capaces de llegar a Ica antes del anochecer, paso una pick up. Le pedimos agua, y nos dijo que no tenía, pero que podíamos echar las bicis detrás y nos acercaba a Ica. Revoltosa y perezosa se alegraron mucho, y nosotros también. Después de la ducha solo nos acordábamos de lo bonito del paisaje, y la paliza entonces, en balance, mereció con creces la pena.
Cuelgo aquí alguna de las fotos que hicimos con la cámara que si funciona. Libertad está ahora de camino a Lima. Va a llevar a Sergio la cámara estropeada, para que la haga llegar a nuestras familias y la lleven a la garantía, porque no es normal.
Un saludo desde el Perú.
Estas son unas fotos del paseo que dimos ayer por la peninsula de Paracas...no crece nada, es desertico total. Parecido a esto es lo que vamos a ver en los proximos dias, o eso pensamos...
Nos encanto.
La leche de turístico. Un poco enfermizo.
El faro se levanta en un montículo de unos 80 metros al que se sube por las 437 escaleras de Guayaquil. Es muy triste ver cómo esas 437 escaleras están rodeadas de casas muy pintorescas (muchos colores tipo portugal) y a no más de 15 metros una valla que separa esto de la pobreza. Por supuesto esa barrera es infranqueable tanto para l@s turistas como para l@s del lugar. Así son las cosas y no solo aquí. La cara B del turismo.
La frontera la cruzamos a las 4:30 de la mañana y a esas horas el sistema está durmiendo, y no funcionaba el ordenata (¡¡nacho!! ¡¡¡igual también te necesitan por allí!!!!).
Al bus que cogimos después de cruzar la frontera (el que nos llevó hasta Lima) lo paró la policía para advertirle de que a un camión le habían asaltado... Sabíamos que eso ocurría pero.... ¡¡no a nosotros!! En fin... que finalmente no pasó nada, y que aquí estamos por ahora sanos y salvos.
Una nota... para quien esté fuera, para quien tenga a gente fuera... para quien no tenga teléfono en casa pero si ordenador... para quien quiera hablar conmigo... para quien quiera hablar con pablo... y para quien no estando en esos grupos anteriores quiera saber de qué coño hablo.... os recomiendo que os descarguéis el skype. Es un programa de ordenador con el que, si tienes micro y cascos, puedes hablar gratis con quien lo tenga también. Metéis skype en el google y es la segunda opción. Descargar... descargas... yes yes yes... y a charlar!!!! Yo soy libertad.ballesteros.arias Cuando lo tengáis o quien lo tenga, que me diga como se llama.
Un besazo y mucho ánimo a los surfistas del pacífico!!!!!!
Al final conseguimos okupar la casa.... ¡¡¡gracias!!!
Estas son las vistas al pacífico y al mar de casas......