Deformando el sillin

La expedición ramafloja vuelve a los caminos. Pedaladas de libertad nos llevarán a lugares remotos de belleza singular. Con este espacio pretendemos acercar nuestro viaje a la gente de nuestro entorno a través de fotografías y textos. No pretendemos que sea un exhaustivo diario. Así pues, esperamos que disfrutéis del viaje. Larga vida al ramaflojismo

miércoles, diciembre 20, 2006

Viento, frío y granizo a 4900 m de altura…¿y que será en Bolivia?

La temporada de lluvias ha llegado. Puntual como un reloj. Y no nos pilló en el mejor lugar.
Ese día nos levantamos temprano porque se veía venir que el tiempo estaba de cambio. La tormenta se fue formando sobre nuestras cabezas mientras reptábamos por las curvas del puerto de montaña que nos llevara a 4910m de altura. Hasta un cóndor se dio cuenta de que ese día éramos carne de cañón. Se acercó a Libertad con temeridad, creo que incluso conversaron:
_No te pienses que estoy tan acabada, replicó Libertad con una piedra.

Mal presagio el del cóndor que no supimos interpretar.

Fue coronar y empezar a granizar. En cuestión de minutos la carretera por la que avanzábamos no se distinguía de los planos alrededores: todo era blanco. Nos dolían los golpes de las piedras de hielo sobre nuestras piernas, y es que el calor generado en la subida nos había despojado de todo abrigo. Solo habíamos tenido tiempo de “impermeabilizarnos”. La repentina tormenta no nos dio más tregua.

Continuamos avanzando por ese páramo que era el puerto. Por acá lo llaman “pampa”. Una caseta abierta en el medio de la nada nos dio la posibilidad de abrigarnos: unos pantalones polares debajo del impermeable, una chaqueta debajo del gore y dos pares de calcetines a falta de uno bajo las botas de cuero, nos devolvieron el calor que las piedras de hielo se habían llevado. El pan y el embutido también ayudaron.
El granizo dejó paso a la nieve. Solo el intenso frío que sentíamos en las manos nos impedía “disfrutar” de las hostilidades bajo nuestra coraza.

Los carros que nos adelantaban no comprendían que allí arriba hace frío si no estas dentro de un carro: con absoluta indiferencia pasaban a nuestro lado a toda velocidad, salpicándonos de barro y nieve, y conduciendo con tan poca precaución que parecía no importarles no ya nuestra vida sino la suya propia. Pronto comprendimos que la mejor estrategia para frenarles era plantarles cara colocándose uno en el medio de la carretera y haciendo movimientos con un brazo de arriba abajo indicando que disminuyesen la velocidad. Cuando uno de ellos casi se sale de la carretera por no reducir desde el primer momento en que nos vio, decidí que era mejor hacer lo mismo pero desde un lateral, no fuera a ser que alguno decidiese pasarme por encima.

Y en esas estábamos esquivando carros, cuando de la nada aparecieron varias siluetas humanas.
_Estamos esperando a que pase el autobús, nos explicaron.

Gente dura esta de la Sierra peruana.
Resultó que allí había una buena vista de los numerosos volcanes de los alrededores: Misti, Pichu Pichu, Ampato, Sabancaya, Mismi…todos por encima de 5500m , si no de los 6000 metros. Era frecuente la parada de coches con gringos en su camino al cañón del Colca. Aquellas gentes estaban allí para venderles productos artesanales. Ese día la tormenta de nieve no permitía ver nada. Ese día se puede decir que no hicieron el agosto.

Decidimos empezar y terminar la bajada que nos quedaba en autobús. Solo los amantes del sufrimiento comprenderán lo dura que fue esa decisión para mí. Pero nos dolían las manos de verdad. Paramos pues al autobús, y esta vez los energúmenos que en otras ocasiones ponen en peligro nuestra vida hicieron de salvadores. Claro está, a precio de gringo. ¡Como iban a dejar pasar una oportunidad así! Mucho padrenuestro y mucha religión, pero hay algunas personas por aquí que no han oído hablar de lo que es la moral en su vida. Por allá también los hay, ahí tenemos el ejemplo del dueño de Air Madrid.
Afortunadamente no todo el mundo es así, ni aquí, ni allí.



Y pasados por agua llegamos hasta orillas del lago Titicaca, a la ciudad de Puno.

Estos primeros días de lluvias nos han hecho reflexionar. Tenemos muchas dudas. Se nos ha juntado todo: la noticia del cierre de Air Madrid, la temporada de lluvias, una pequeña diarrea, problemas de esos que tienen las mujeres cada mes…

Pero la realidad es que está lloviendo. No es nada que no supiésemos de antemano, pero igual jode. No sabemos si será siempre así de continuo. Yo pensaba que respetaría algo más, y de hecho sigo pensando que no puede ser así tan de seguido durante dos meses. Debe haber días de tregua. Pero bien es cierto que no se puede luchar contra un Gigante: al igual que la Tierra gira, la temporada de lluvias cae por estas tierras desde finales de diciembre a hasta el mes de marzo. Es astronómico. Este año se espera un fenómeno de El Niño moderado. Esto significa que no van a caer océanos del cielo, pero quizás si mares. Son solo predicciones, pero ¿qué sucederá de verdad?

A La Paz debemos de ir de todos modos. Estamos esperando un paquete que nosotros mismos nos enviamos al principio del viaje. El hacer este tramo en bici nos dará mas perspectiva a la hora de decidir, al ver como evoluciona el tiempo por aquí en los próximos días. Luego habrá que decidir.

Para mi Bolivia era el diamante en bruto de este viaje. La Naturaleza en estado puro y salvaje. Me dolería dejarlo de lado. Pero si es necesario hacerlo, así se hará. De todos modos, creemos que en el Sur las lluvias no son tan abundantes como en el Norte. Quizás sea tan fácil como recortar un tramo en bus, hacia el sur, buscando un tiempo algo mejor. Quizás haya que recurrir a la incondicional sequedad del Desierto de Atacama, en Chile y de la Puna de Atacama, entre Bolivia y Chile. Ya se verá. Air Madrid ha tenido la gentileza de dejarnos la vuelta “abierta”, así que podemos cambiar de itinerarios.

Queremos reconciliarnos con el viaje. Tenemos sed de acampar. No se vive igual de intenso cuando una para en hospedajes. Quedan dos meses y algo, y los vamos a disfrutar. Ya sea Bolivia, Chile o Argentina, vienen buenos tiempos para Pablo y Libertad.

Un saludo.


PS. Tenía que recortar y ampliar esta foto. No podía hacer menos.

sin comentaros


Pasados los 1000 km




Empezamos a subir y nos llevamos un buen susto... por unos momentos creímos que el camino iba a ser como el tramo arenoso que tanto sufrimos. Pero no. Sólo un susto.
Ese día nos dejaron dormir en un cuarto del templo (iglesia) de un pueblito que consistía en una casa que existía porque allí hay una fuente de agua. Una fuente de vida.



La señora Feli nos atendió estupendamente... ¡¡¡Menudo terremoto!!! Con sus 74 tacos subía y bajaba por las rocas mejor que nosotr@s ... Esta señora descubrió unos petroglifos (dibujos en la roca) preincaicos.



La verdad es que el sitio era precioso. Yo estuve por quedarme allí a vivir.

Era un paraíso... Vacas, pastos, cultivos, frutales,... agua.


Pero seguimos camino. Seguimos subiendo.
El paisaje quedaba encerrado por las montañas. Montañas áridas y con curvas suaves. La vegetación más significativa (o más exótica para nosotr@s ) eran los cactus. Preciosos.


No queríamos ir muy rápido porque en 60 km íbamos a haber ascendido hasta los 4500, y preferimos ir ganando altura poco a poco.
Aquí fue donde los cuenta-kilómetros dieron la primera vuelta... 1000 km.
Tenemos dos mapas y uno es muy malo (poca escala) y el otro es peor (buena escala pero poca definición). No tenemos ni idea de a qué altura estamos exactamente, y el preguntar a los escasos paisanos no ayuda en absoluto.
El caso es que acampamos dos noches en sitios preciosos.
La primera a unos 3600 metros.

Y la segunda (lo dedujimos después) a unos 4000 y pico.

Yo escribo el diario TODOS lo dias...

Esta noche hizo un frío de pelotas. Amaneció la tienda con una capa de hielo, y la botella de 2,5 litros congelada por completo.

Libertad aún así durmió bien. Con dolor de cabeza por la altura pero bien. Pero el pobre Pablo... ¡Ay pobre Pablo! Tuvo que vérselas él solito con todo el ejército de orcos de mordor... Se despertó porque algo muy fuerte y muy raro sonaba fuera. Cada vez se acercaba más y más. Parecía una mala bestia herida. Un toro bravo mugiendo o quizá una tropa de elefantes... “No voy a despertar a Libertad si total... se va a despertar enseguida porque es imposible dormir con este ruido...” Pues la menda siguió planchando la oreja... Motivo más que suficiente para que Pablo duerma mal desde ahora... “Si no se despierta con esto... ¿se despertará cuando nos estén intentando robar silenciosamente las bicis?”
No sabemos lo que fue. Libertad tiene la opinión de que fue un toro que se escapó de las vaquerías del Pedregal y subió, subió y subió, y le dio soroche (mal de altura).

Ya se notaba la altura. Ya se empezaban a ver los picos más de cerca. Vimos los volcanes Sabancaya y Ampato.

Por supuesto… las historias se repiten, y el ser humano es el mas idiota de los seres, y tropieza muchas veces en la misma piedra… Nos quedamos sin agua y sin comida.
En esta ocasión no era tan grave el asunto porque pasaban unos 5 coches en cada dirección al día, y además sabíamos que nos quedaba sólo una jornada de bici y gran parte tenía que ser de bajada. Aún así nos adelantó un coche y le paramos para saber si realmente era bajada y desde qué punto. Ya llevábamos más de 95 km de puerto… que se dice pronto. Nos dieron sin pedírselo mandarinas, plátanos y pan… menuda fiesta…

Desde ahí fue todo cuesta abajo. Llegamos al pueblo. Huambo. ¡¡¡Por fin!!! Allí nos esperaba TODO el pueblo en la plaza… Los tipos que nos adelantaron se lo habían comentado a la gente y al gobernador… Saludamos, jaja, jiji y a la habitación a dormir.
Este pueblo, como todos los de la zona, canalizan agua desde el río colca. Así pueden cultivar y tener ganado.


Al día siguiente, muy a pesar de Libertad que prefería descansar, seguimos camino.

Ya estábamos en el cañón del Colca. Desde la carretera que pasa poco menos que colgada en el cañón sólo se vio el cañón en dos puntos. Puntos que por supuesto se han aprovechado para hacer miradores… Y con los miradores… money money. Menos mal que de vez en cuando se nos pegan las sábanas. En esta ocasión llegamos a una hora bastante indecente al mirador, y cerca de llegar nos cruzamos en el camino con el tipo que cobraba… nos echó el alto y nos quiso cobrar como a estudiantes, pero no tenía tickets… pues lo siento majo… si no hay ticket no hay money y menos aquí… nos lo cobras en el mirador… Bueno pues marchen y punto… Así nos gusta sí señor.
Hay en toda la carretera tres puntos en los que te paran para saber si has pagado. Como buenos ate@s que somos nos saltamos religiosamente los tres puntos por pasar a horas indecentes. Hay que decir que no teníamos ni idea de dónde estaban ninguno de los tres, y que en caso de habernos topado con la ley habríamos discutido el precio muy mucho (un menú cuesta 3 soles, y éstos cobraban 35 soles por ver el cañón…).
Pues el cañón, al principio de nuestro recorrido, es muy profundo. Con unos montañotes enfrente de infarto. Montañas verdes muy muy bastas.

Luego empezó a abrirse y a convertirse en un valle muy cultivado.
Por ahí descansamos. En Chivay. Allí casi se unen a la expedición estos tres terremotos:


A todo esto, nos empezó una diarrea a la vez. Extraño. Aún no sabemos que es, pero puede que tenga un ciclo: cada 3 días, diarrea. En ese caso quedaría claro que es un bicho que se ha adueñado de nuestras tripas…
Y empezó el mal tiempo. Empezaron las lluvias. Es verano aquí, pero el guión dice que tiene que llover en verano.
En estas ocasiones es cuando la expedición ramafloja se replantea el tamaño de sus güevos. La tónica general va a ser esa: lluvias y más lluvias. ¿Qué por qué vinimos aquí? Ni idea. A ver que pasa.
......continuará..........

Aquí van unas fotillos bonitas de la subida




Y un par de fotillos rellenando agua de los canales y potabilizándola... Por cierto... nos dimos cuenta de que las gotas que usamos para potabilizar llevan caducadas desde el 2005... Puede que de ahí vengan las diarreas...


Acercándonos a los 1000 km...

Desde el desierto de Paracas hemos atravesado más y más desierto hasta que nos pusimos a escalar con la bicicleta...
Empezamos por la costa porque no estábamos en forma, y creímos que empezar a cero metros y en llano iba a ser prudente para nuestras rodillas.




La verdad es que la costa engaña un poco... crees que es playa pero luego es un poco rompe-piernas. Pasamos por unos acantilados preciosos... a base de subirlos y bajarlos.

Esta no sobrevivió...

Teníamos que madrugar mucho porque por la mañana el viento no existe o es más suave, y siempre lo llevábamos en contra. Con el viento la arena se levantaba... algún día fue un verdadero infierno. Saber que si fueses en sentido contrario volarías, y en cambio, en el sentido que vas tienes que dar pedales para bajar una cuesta, es un poco desmoralizante... pero esa etapa ya pasó.


Pasamos por Nazca.
Nazca, el pueblo, lleva el nombre de una civilización (o la civilización lleva el nombre del pueblo) que hubo en la zona antes de que los Incas la destruyesen (como hicimos luego nosotr@s con l@s Incas...). Dibujaron en el suelo unas líneas con formas.... que sólo se aprecian desde la altura. He ahí la “magia” del asunto.
Un@s dicen que ya habían inventado el aeroplano, otr@s alinean astros-planetas-estrellas-... y matemáticamente sacan conclusiones difíciles de entender, otr@s opinan que las hacían para que la naturaleza les diese más productos, caza, etc, y otr@s opinan que era un terrateniente que tenía esclavos, y para que no se aburriesen les hacía hacer el gili un rato... Me quedo con las dos últimas versiones.
De ahí el paisaje cambió levemente... dejó de ser un auténtico desierto a haber ríos (muchos iban secos, pero ríos al fin y al cabo). En ellos había vida. Pasamos por algunos valles donde cultivaban arroz, en otros cultivaban olivos.


Estaba guay, porque cada rato te enterabas de cómo se fabricaba un producto.
Por supuesto pasamos por muchísimos pueblos de pescadores. En uno de ellos nos contaron cómo se sacaba el caviar. Aquí lo sacan del pez volador (se le llama así porque cuando se ve en peligro extiende sus aletas y planea). Decían que estaba muy rico. Se vendía a dos euros el kilo. No lo pudimos probar.

Se dedicaban a bajar por el acantilado y subir a pulso algas que usan en china para hacer galletas.


Después de un par de días de descanso en Camaná, ciudad arrocera, continuamos camino. Ya nos tocaba ascender sin volver a descender. La verdad es que a mi por lo menos me dio pena... el mar ha sido un gran compañero de viaje. Ha jodido un poco las bicis, pero siempre es cuco.


Subimos por la quebrada del toro durante unos 20 Km. hasta alcanzar los 1000 y pico metros. Llegamos a un pueblo (el Pedregal) cuya fuente de ingresos eran los productos lácteos. Esta parte también era desértica pero habían canalizado agua desde el río Colca. Una zona agradable.
Ya estábamos a punto de adentrarnos en las verdaderas montañas... de ascender hasta los 3400 metros pasando un puerto de unos 4500 m... Una pasada. Ya veíamos alguna cima. Algún volcán nevado de más de 6000 metros.
Con calma.


lunes, diciembre 18, 2006

Air Madrid no felicita por navidad a sus pasajeros…


Es más… no sólo no les felicita sino que además nos manda a tomar por culo.

Pues en esas estamos… un buen día recibo un correo del mío papa diciendo que air marid ha dicho que no les sale rentable..., que fomento les ha hecho mala prensa..., que bla, bla, bla. Menudos cabrones. Somos unas marionetas manejadas por los grandes magnates… Ahora si, ahora no.
Seguimos en Perú. Tenemos varios textos escritos, fotos seleccionadas,… pero no hemos encontrado un ordenador que nos deje subir bien las fotos etc.
En un par de días llegaremos al lago titicaca (frontera con Bolivia) y allí, por ser más turístico, suponemos que tendrá mejor conexión…

Un besazo muy grande a tod@s .

¡¡¡Mecagüenlaputa!!! ¡¡¡Si nos cortan las alas, nos impulsaremos con el pico!!!